El 29 de septiembre de 1976, en el barrio de Villa Luro, se produjo un enfrentamiento entre fuerzas del ejército y miembros de la Secretaría Política de Montoneros. Acorralados en el interior de una pequeña casa, Alberto Molinas, Carlos Coronel, Ignacio Beltrán, Ismael Salame y María Victoria Walsh resistieron durante casi una hora y media el asedio de 150 soldados apoyados por tanquetas y helicópteros. Ninguno sobrevivió al combate. El descabezamiento íntegro de la Secretaría Política fue un duro golpe para la organización, que ya desde marzo venía sufriendo la caída de miles de sus militantes. El ciclo siniestro de secuestro, tortura para obtener información y nuevos secuestros, implantado de manera sistemática a partir del golpe de Estado, con el consiguiente correlato de asesinatos y desapariciones, ponía en juego su existencia. La decisión de sacar del país a los principales referentes se aceleró. En octubre el Consejo Nacional del Partido Montonero decidió que se instrumentaran las medidas necesarias para que los integrantes de la conducción, los dirigentes de los frentes de masas identificados públicamente con Montoneros, más algunos militantes orgánicos, emprendieran el camino al exterior a fin de resguardar sus vidas.
Raúl Cuestas, el primer protagonista de esta historia. Era un reconocido periodista cordobés que había sido, hasta marzo de ese año, el secretario general del Sindicato de Prensa de su provincia (CISPREN) y secretario de organización de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN). Su activa militancia sindical lo había enemistado profundamente con los dueños de los grandes medios de comunicación provinciales y su pública identificación con el peronismo revolucionario, le había granjeado no pocos enemigos entre la cúpula militar que se hacía con el gobierno. Durante la primera mitad de la década del ’70 su compromiso sindical lo había llevado a desempeñar un rol protagónico en la Mesa Coordinadora de Gremios en Lucha, al tiempo que desarrollaba una dimensión clandestina de su militancia en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), que en 1973 se fusionaron con Montoneros. El todopoderoso General Luciano Benjamín Menéndez, Comandante del III° Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba y control sobre todo el centro y noroeste del país, prometió su captura vivo o muerto antes del 29 de mayo, día del Ejército Argentino.
Para él exiliarse no era una opción, era una obligación urgente si quería salvar su vida y la de su familia.
Ya en el exilio, entre el 4 y el 7 de junio de 1976, Cuestas participó en el primer encuentro latinoamericano de periodistas en el que Cuestas realizó una de las primeras denuncias en un foro internacional sobre las violaciones a los derechos humanos en argentina. En el marco de este congreso se constituyó la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), cuyo primer presidente fue el peruano Genaro Carnero Checa y Cuestas fue elegido como uno de los dos vicepresidentes en representación de Argentina
En septiembre de 1976, en su carácter de vicepresidente de la FELAP, Cuestas fue invitado a participar del 8vo. Congreso de la Organización Internacional de Periodistas (OIP), que se desarrolló en Helsinki. Entre los asistentes se encontraba José Francisco Aguilar Bulgarelli, histórico empresario de la radiodifusión costarricense, un comprometido internacionalista que no dudó jamás en representar los intereses comerciales de Corea del Norte en Centroamérica. Aguilar Bulgarelli brindó su apoyo íntegro a todo revolucionario de izquierda que se le acercara, mostrando un compromiso absoluto con la lucha por el socialismo, sin importar matices ni lugares en el mundo.
En algún momento de esas jornadas en la capital de Finlandia, en los encuentros paralelos que suelen darse en los pasillos, cuando el ajetreo de las conferencias y exposiciones deja lugar al intercambio relajado, a la charla casual, Aguilar Bulgarelli y Cuestas se conocieron.
Allí, en ese primer encuentro, anida la semilla de la que crecerá Radio Noticias del Continente.
Montoneros iba a terminar por asumir la responsabilidad total sobre el proyecto, que no hubiera podido llevarse adelante sin el apoyo, el conocimiento o la tolerancia, de los principales líderes centroamericanos ligados a las izquierdas revolucionarias. La conducción de Montoneros entendió rápidamente que una emisora de onda corta podía exceder el objetivo de romper el cerco informativo en Argentina abriendo un acceso privilegiado al espacio revolucionario internacional. Ninguna organización guerrillera en el mundo contaba con un medio de comunicación de las dimensiones que se proyectaba. Si bien tenía por objetivo impactar en Argentina, la radio tenía un rol para jugar en el entramado de relaciones internacionales en el que comenzó a moverse la organización con posterioridad al golpe de Estado.
Recién a partir de la llegada a Costa Rica del periodista Jorge Lewinger, el 19 de abril de 1979, podemos comenzar a hablar de una “base” montonera en Radio Noticias del Continente.
Este movimiento, vinculado con el control político de la emisora, impulsó una decisión polémica por parte de Montoneros, la de pedirle a Aguilar Bulgarelli que dé un paso al costado y le entregue el control total de la emisora. La excusa empleada fue que el empresario estaba demasiado identificado con el régimen comunista de Corea del Norte, algo que nunca él había negado, máxime cuando no sólo era el representante comercial del país asiático en Centroamérica, sino que además no perdía oportunidad en destacar su admiración por la “idea juche” y su amistad personal con Kim Il Sung. A pesar de la férrea oposición de Raúl Cuestas, la Conducción Nacional no creyó conveniente que la emisora pudiera asociarse con la posibilidad de que capitales coreanos hubieran intervenido en la concreción del proyecto. En su reemplazo y a instancias del mismo Aguilar Bulgarelli, se nombró como nueva directora de la emisora a Ana Lorena Cartín Leiva, a quien le fue transferida la concesión de la frecuencia. Ana Lorena era graduada universitaria en química y realizaba un programa en Radio América Latina (propiedad de Aguilar), a la vez que militaba en el Partido Socialista Costarricense.
Radio Noticias del Continente era un emprendimiento importante para Montoneros pero no urgente, hasta el momento en que los hermanos Ortega piden usarla para acompañar la ofensiva final sobre Managua (en la revolución nicaragüense). Los sandinistas entendían bien la importancia de la radio en el contexto político-social centroamericano, donde la relación oral con la gente ocupaba un lugar preeminente en sociedades con altas tasas de analfabetismo.
Así, entre el 1 de junio y el 7 de agosto de 1979, Radio Noticias del Continente fue la voz internacional del sandinismo. A través de sus micrófonos el mundo entero pudo seguir de cerca el derrotero de la revolución, desde el avance palmo a palmo de cada una de las vanguardias, hasta la toma de Managua por las fuerzas sandinistas.
Firmenich afirmaba que el objetivo inicial era que Radio Noticias del Continente se presentara como una radio moderada. Esta idea de “proyecto moderado” fue confirmada por Roberto Perdía. Decía: “La idea nuestra de la radio era plantear la Radio Noticias del Continente, una radio regional… no quemar la radio, sino hacer política en la región y política hacia el sur… política de los derechos humanos, de la autonomía, de la independencia, de terminar con las dictaduras, pero una política lenta, ir penetrando lentamente, no generar de entrada un shock”.
La denuncia sobre las violaciones a los derechos humanos fue uno de los grandes ejes sobre los que Radio Noticias del Continente orientó su política informativa en relación a Argentina. La periodista tucumana Marta Rondoletto se encargaba de la recopilación de la información que sobre este eje temático se producía en el mundo y de su redacción con formato periodístico. Entre sus recuerdos destaca la amplia cobertura que se hizo de lo que se conoció como el “Testimonio de París”. La exposición de Sara Solarz de Osatinsky, Ana María Martí y Alicia Milia de Pirles ante la Asamblea Nacional de Francia el 12 de octubre de 1979, mostró al mundo de manera detallada la realidad del principal campo de concentración argentino, la Esma. Por primera vez, de manera precisa y organizada, la información sobre secuestros, torturas, robo de bebés nacidos en cautiverio y los vuelos de la muerte, aparecía ante la opinión pública con la fuerza del relato en primera persona de los sobrevivientes. Radio Noticias del Continente fue uno de los canales que permitió que el mundo entero conociera los horrores subterráneos que la prensa nacional callaba.
Lo mismo sucedía en términos musicales. Para el caso argentino de manera particular, la difusión de artistas perseguidos por la dictadura era una de las decisiones estético–políticas que guiaba la musicalización de los distintos segmentos de la programación. De Mercedes Sosa a Joan Manuel Serrat, de Atahualpa Yupanqui a Violeta Parra, pasando por Huerque Mapu y la Cantata Montonera, todos pudieron ser escuchados a través de Radio Noticias del Continente. Y si de artistas perseguidos se trataba, el caso más emblemático es el del pianista tucumano Miguel Ángel Estrella. Secuestrado y torturado en Uruguay a instancias de la dictadura argentina, fue liberado gracias a la presión internacional. El primer reportaje que concedió luego de su liberación y la primera vez que volvió a tocar en público fue en los estudios de la radio en Costa Rica.
A partir de julio de 1980 el régimen militar argentino comenzó a asociar de manera directa y en forma pública a Radio Noticias del Continente con Montoneros. Asociar a la radio con la organización, como sucedió en el caso de la denuncia por la transmisión de mensajes cifrados, implicaba en un punto ubicarla dentro de los objetivos a destruir en el mentado proceso de aniquilación de la subversión
La propia existencia de la radio era el mensaje. Con independencia de lo que sucedía en el terreno del enfrentamiento militar, Radio Noticias de Continente era el exponente de un estado de actividad y presencia de Montoneros, que no era tolerable para un gobierno que no se cansaba de asegurar que la subversión había sido aniquilada
El 7 de noviembre a las 12.45 una avioneta bimotor, que presumiblemente partió desde Guatemala, sobrevoló la planta transmisora de Radio Noticias del Continente y dejó caer sobre el edificio principal un tanque cargado con unos 200 litros de “gasolina de aviación con una sustancia plástica que tiene un olor feo y penetrante”, según refirió la prensa en el momento y definió Isauro Martínez en los mismos términos. Se trató de una bomba incendiaria tipo napalm, que por razones de su mal armado no llegó a explotar.
Marta Rondoletto estaba sentada en su escritorio en la habitación contigua al transmisor. La bomba atravesó el techo de chapa, pasó literalmente por sobre su cabeza, rompió la pared del cuarto del transmisor y se deslizó por un pasillo junto a éste, hasta acabar chocando con un portón, derramando su carga explosiva.
Carlos Villalba dice que no conoce “un medio de comunicación que lo hayan bombardeado, ni siquiera fuera la guerrilla”.
“Una cosa es que te bombardeen en el norte de El Salvador, en Chalatenango, a Radio Venceremos, y otra cosa es una radio en un país constitucional, que es una radio comercial, que paga sus impuestos. No existe eso”.
Hasta ese momento no había antecedentes en el mundo del bombardeo a un medio de comunicación de las características públicas y legales de Radio Noticias del Continente.
Las fuerzas de seguridad costarricenses nunca pudieron identificar a los autores, aunque extraoficialmente se presume que eran argentinos, en virtud de la conocida y ampliamente documentada participación de los integrantes del Batallón 601 en Centroamérica.
No fue el último ataque que sufrió la radio.
Radio Noticias del Continente funcionó hasta marzo de 1981.
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