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Ilustración: Mario Nilson Torres
De aquella máquina de ser feliz que efectivamente nos llenó de música (Random 2017) a este septiembre pasaron siete años y seis largos meses. Finalmente, La lógica del escorpión, ese nombre anunciado en 2021 tomó cuerpo definitivo y el 11 de septiembre, -el Día del Maestro en Argentina-, saldrá a la luz. Ese también será el día de un nuevo desembarco del mejor García de todos los tiempos. Uno completo que sintetiza musicalidades de décadas y momentos pasados, el que extrae emociones profundas en los acordes y sabe ponerles a los instrumentos un brillo que golpea directo en la cara, en la garganta, en el corazón.
Anclado en el rock, Charly atraviesa su propia historia en trece temas separados en el lado A y el lado B del vinilo que saldrá a la venta en una semana. Si a cada momento del disco se le pudiera poner una imagen, podríamos armar a los diferentes Garcías que son también parte de nuestra historia y nuestra identidad musical. No pasa con cualquier artista, pasa con García. A medida que transcurre La lógica del escorpión, encontramos con cada uno de ellos: el de los 80 buscando obsesivamente el sonido de la década (que finalmente quedó ilustrada con sus beats), al García de la década anterior de una adolescencia nostálgica y tanguera, pero también al joven García metido en los dolorosos vaivenes sociales de su época. Un García de los 90, reflexivo y caótico, un García amigo de sus pares, de sus colegas y por qué no de la nostalgia. 
La lógica del escorpión comenzó a tramarse durante los primeros años de la pandemia en la cabeza de Charly. Se grabó en 2021. El resto fue un largo tiempo de espera por permisos legales primero, y después para que esta obra musical se complete tal como su creador lo había pensado: en vinilo y con un arte impactante que estuvo en manos de Renata Schusseim y Martín Gorrincho. Editado por Sony, -cuyo director, Damián Amato, el día de la escucha del disco manifestó encontrarse encantado con el disco-, el álbum musical contiene siete canciones en su lado A y seis en el lado B.
Foto: Nora Lezano
El autorescate de Say No More
El disco se inaugura con un alto rock, de guitarras distorsionadas y la voz pura de García, sin autotune, sin demasiado tratamiento. Áspero y energético, “Rompela” es la versión en castellano de “Break it up”, tema que en 2010 abrió Kill Gil.
Esta entrada a patadas le da lugar a “Yo ya sé”, tema que contiene coros de Hilda Lizarazu y que posiciona al Charly de todos los tiempos con la frase “ya sé que no sos un hipócrita, ya sé que no sos un psicópata… Freud lo ha arruinado todo, como internet”. El tercer tema “El club de los 27” tiene como invitado a su David Lebón, aquel amigo inevitable de Serú, banda que aparecerá también en la voz de Aznar al final del lado A con su participación en el tema “América”.
Tras un dulce homenaje a The Beatles, en “La medicina N 9” aparece la recuperada “Te recuerdo invierno”, una canción que nació en la época de Sui Generis y que Charly grabó en 1995 con su banda de ese momento, Casandra Lange, en el disco Estaba en llamas cuando me acosté. Luego le sigue un rockazo, puro García con “Autofemicidio”, para cerrar el disco con “América” donde Aznar toca el bajo, la guitarra y la batería y además, pone algunas voces.
Homenajes y recuerdos
El arranque del lado B es con “Juan Represión”, una canción de Sui Generis editado en 1974, pero quedó afuera por sugerencia del entonces productor Jorge Álvarez.
Versiones y reversiones se escuchan muchas. Ahora, pocas veces pasa que un artista tome su propio hit y le cambiara letra y algunos tempos musicales para grabar. Charly puede hacerlo y lo hizo con “Estrellas al caer”, un certero autohomenaje donde recupera la armonía de su hit Chipi Chipi de La hija de la lágrima, disco que en julio cumplió 30 años.
Una dulce melancolía se apodera del clima de La lógica del escorpión con la irrupción de la voz de Luis Alberto Spinetta en la bella “La pelicana y el androide”, un rescate necesario de aquellos años de disco frustrado que habían ideado Charly y el Flaco, las dos figuras más trascendentes del rock argentino. Cantada por Spinetta y tramada musicalmente por García, la dulce canción se convierte en un tesoro.
Los homenajes en La lógica del escorpión también alcanzan a The Beatles, parte constitutiva de Charly desde sus primeros encuentros con la música del rock. Y acá, el homenajeado de siempre, claro, es John Lennon con “Watching the Wheels”. La letra fue traducida por García quien le suma una vuelta más rítmica donde su voz pura y cruda queda al frente y completa un homenaje que resulta precioso.
“No he podido evitarlo, es mi naturaleza”, es la respuesta del escorpión a la rana luego de una picadura mortal en la fábula de Esopo, que inspiró a García para esta obra ideada y trabajada de principio a fin por él mismo. Su voz relatando una de las versiones de esta fábula no podía no estar, para encontrar el camino hacia el final del disco.
Tampoco no podía no estar Fito Páez, el aliado para cerrar el disco 30 de Charly, para la fiesta. Y lo hace con “Rock and roll Star” otro homenaje, pero esta vez a The Byrds (“So You Want To Be a Rock’n’Roll Star”), que graba con el rosarino y cierra energéticamente con mensaje rockero y argento junto al rosarino.
Según cuenta la fábula de Esopo, el escorpión no cambia y su comportamiento no tiene lógica. Es tal vez la parte que más le atrae a Charly. Para qué la lógica si el instinto sobra. La voz cruda y limpia de tecnología al frente se sostiene en una perfecta dispersión construida bajo el orden García. Un diálogo permanente entre la ironía y la belleza poética. Ese paseo de Charly por todas sus vidas musicales pone también sobre la mesa nuestros propios recorridos, nuestras propias dispersiones, nuestras infinitas contradicciones y nuestra identidad. Tras siete años el disco nuevo llegó, tal vez cuando más lo necesitamos.
Volvió Charly, volvió nuestra música.
Ficha:
Producido por Charly García. El ingeniero de grabación y mezcla es Matías Sznaider y fue masterizado por Ted Jensen at Sterlind Sound.
Charly García: voces, guitarras, bajos y teclados.
Fernando Kabusacki: guitarras
Fernando Samalea: batería
Hilda Lizarazu y Rosario Ortega (coros)
Participan: Kiuge Hayashida en la guitarra de “Rock and roll Star” y Toño Silva en la batería de “El club de los 27”.
Invitados: David Lebon, Pedro Aznar, Fito Páez.
Gracias por la reseña de la salida del disco, me trajo a los años 80 cuando uno leía esto antes de poder escucharlo.