Plan de obra: seis discos nuevos con 131 temas. Juan Falú organizó y agrupó temáticamente un vasto corpus de canciones, con su guitarra y múltiples invitados, y grabó seis álbumes unidos por sus desvelos, inspiraciones y felicidades: Para ellas, Con ellas, Asuntos del Tucumán, Asuntos de la Patria, Asuntos de la guitarra y Nanas, nenas, nenes. “Habrá veinticinco temas instrumentales, canciones inéditas, nuevas interpretaciones y clásicos del folklore en versiones libres. Es un plan monumental”, dice.
Los seis discos fueron grabados en el estudio del técnico, músico y amigo César Silva. Juan Falú repasa el proyecto en su casa y suspira: “Ya la parte más ardua, la de los registros, está terminada. Estoy hablando del registro de muchos años. Lo que quise hacer era sacarme esta carga -ya casi un lastre- de tener música grabada y no decidir nada con eso. Hay muchas músicas conocidas mías, grabadas en nuevas versiones. También muchísimas canciones nuevas. Fue un gran alivio poder registrar este proyecto”.
Falú elige comenzar la charla por uno de los discos para las mujeres. “Cuando revisaba el cancionero me di cuenta de que, desde 1972, cuando compuse la chaya ‘Rosario Pastrana’ con Pepe Núñez, a partir de allí aparecían un montón de canciones dedicadas a mujeres de toda índole y por todo tipo de vínculos que tuve: la madre, la nieta, la hija, la compañera. Está Rosario Pastrana, que era una coplera de los Valles Calchaquíes, y la capitana María Remedios del Valle, la mulata que fue heroína de muchas luchas junto a nuestros próceres, como en la batalla de Tucumán con Belgrano”.
El guitarrista y creador también piensa en mujeres más cercanas: “Por ejemplo, en la nieta de un amigo, que era muy esperada y no llegaba -cuenta-. Así me di cuenta que tenía como treinta canciones, muchas de ellas nuevas, y las agrupé. Ese disco está despegado de todo tipo de especulación en relación con poner en valor a la mujer: personalmente no necesito hacerlo, porque está puesta en valor desde la cuna familiar. La propia fecha de las composiciones habla de un proceso natural en mi vida”.
Y elige abrir otros planos de su memoria: “Siempre recuerdo a las compañeras de la militancia, de la facultad, de los distintos proyectos. Todos los que hice fueron en compañía de mujeres. Pienso en la pianista Hilda Herrera con el ciclo ‘Maestros del Alma’; en Marta Sima en la carrera del Conservatorio Manuel de Falla; en Ana Villa en el festival Guitarras del Mundo, y así. Y hay otro detalle muy profundo: yo siento una sintonía con la sensibilidad femenina cuando muestro una música”.
Allí, Falú también notó que tenía un montón de grabaciones con cantoras. “Con cantores no tengo tantas. Sí tuve una experiencia hermosa, una juntada esencial, con Chito Zeballos. Y con Jorge Marziali no se trataba del cantor y la guitarra de Juan, sino de un compinchaje de ida y vuelta, en el que los dos hacíamos de todo. Pero después fueron casi todas mujeres”, dice.
¿En quiénes piensa? “En Liliana Herrero, Silvia Iriondo, Teresa Parodi, Florencia Bernales, Morita Martínez, Nadia Szachniuk, Victoria Birchner, y en un montón de cantoras, alumnas y compañeras del camino. No quiero seguir nombrando porque voy a cometer el descuido de algún olvido”. Además de las obras revisitadas y de los veinticinco instrumentales nuevos, el proyecto abarca canciones inéditas con textos de Teresa Parodi, Néstor Soria, Aníbal Albornoz, Marcela Neme y Rubén Cruz, entre otros.
Patricio Féminis: ¿Qué sucede con el disco Asuntos del Tucumán?
Juan Falú: o me sorprendí cuando pensé: “A ver, ¿qué hice referido a Tucumán?”. Y aparecieron de nuevo casi cuarenta composiciones. Ellas hablan del padre, de la madre, de una compañera, de varios amigos. Hay un tema de Pepe Núñez, un tema de Lucho Hoyos, un tema de Juan Quintero, un tema de Tafi Viejo y así. Hay canciones dedicadas a la noche, a los amigos y al canto adolescente. Ese disco va a ser el primero que salga. Con César Silva decidimos que, como es el más cuantioso en temas, era mejor empezar a mezclarlos. Y en esta idea que tengo, algunas obras se van a repetir.
Por ejemplo, aclara Falú, “la canción a mi madre también va a aparecer en el álbum Para ellas. Pero lo que intenté, en esos casos, es que las versiones fueran diferentes, o que los intérpretes fueran diferentes, para no cometer esa grosería de andar duplicando el mismo tema. Eso ocurrirá en casos excepcionales en este proyecto”.
Asuntos de la memoria
Los pensamientos para su madre llevan a Juan Falú a otro de los discos: Nanas, nenas, nenes. Lo explica: “Las nanas salieron por una cuestión natural. Yo tengo cinco hijos y seis nietos. Entonces les fui dedicando una canción de cuna, o una canción, a cada uno y cada una. Las nanas siempre son bienvenidas. A mí resultan de una gran ternura, tal vez porque mi padre me acunó muchas veces con la ‘Canción de Cuna’ de Brahms”.
Y se pone a entonarla en su casa: “Buenas noches, mi bien, que entre flores descansa. Duerme niño feliz”. Entonces revela: “Mi padre me la cantaba con esa versión de letra en español. Y yo no sólo me dormía, sino que estaba escuchando una música preciosa, que vaya a saber qué tipo de influencia habrá tenido en mi manera de acercarme a la música. Así que las nanas son muy valiosas para mí”.
Falú conecta con su propia voz y dice: “Yo canté sobre todo en mi época adulta, en los discos y en vivo. Pero antes había cantado mucho de niño y también en mi adolescencia: era algo espontáneo, natural y distendido. Después el canto se me fue tornando difícil por dificultades con mi voz. Entonces tuve que superar ciertas tensiones e inhibiciones, hasta que asumí que uno canta como es, como puede, y está bien que uno sea el intérprete de sus propias canciones. Así que en todo este gran abanico de músicas hay muchas que están interpretadas por mí”.
–¿Qué tendrá el disco Asuntos por la Patria?
–Bueno, se me ocurrió a partir de Mojones, el trabajo que grabé en 2023 con Liliana Herrero y Teresa Parodi. Allí, cada composición se refiere a un episodio histórico, la mayoría con músicas mías y letras de Teresa. También remito a la Cantata Tucumán, que hice en 2019 con el poeta tucumano Néstor Soria. Allí aparece la obra ‘La Capitana’, referida a María remedios del Valle, una de las mujeres que aportó a la causa de la Independencia. También hay cantos de celebración de las culturas originarias, cantos que aluden a la noche dictatorial y cantos a la persona desaparecida. Entonces pensé que valía la pena, sobre todo en esta coyuntura, en este contexto, mostrar ese repertorio.
Además de las cantoras a las que ya aludió, en los seis discos hay más juntadas. “Están el cantor Rosendo Gruart y el cantautor tucumano Lucho Hoyos. También hay una versión de ‘A mi ñaño’, mi tema dedicado a Pepe Núñez, con Marcelo Moguilevsky en vientos. Y con Juan Quintero hacemos ‘Laurel’, un tema dedicado a una hija, y ‘A puro fierro’, dedicado a los herreros tucumanos. También está Vanesa González, una cantora de Luján muy comprometida con la obra de Pepe y de Los Núñez. De Jorge Marziali rescaté una versión de la chacarera ‘Yo soy Juan’, con una letra que él escribió a partir de todo lo que significa el apellido Falú, a nivel vivencial, para mí”.
Otra tesitura del proyecto reside en las versiones libres, de Juan Falú, sobre clásicos de la raíz folklórica, entre ellos “La cuartelera”, “Recuerdos del Portezuelo”, “Milonga del alucinado” y “Zamba de Lozano”. ¿Qué lo motivó? “Lo de los clásicos se debe a que yo acumulé muchas grabaciones sin publicar, y aparecieron versiones libres de aquellas obras. Los tengo que volver a escuchar, porque también me volví un poquito exigente con lo de ‘la versión libre’”.
–¿En qué sentido?
–Yo antes era más arriesgado o más complaciente con el error, que siempre va a estar cuando uno es un intérprete alejado de los preceptos académicos de una interpretación. El precepto académico es que hay que tocar sin error. Yo tengo otros preceptos: lo mío está lleno de errores. Por supuesto, un error armónico o una nota mal puesta son intolerables. Aunque a una nota mal pisada yo la dejaba pasar en función de que la versión es libre y me gusta. Pero, como digo, me volví un poco más exigente. Así que voy a tratar de reescuchar esas músicas para tomar una decisión final.
El proyecto integral trae otra novedad: Juan Falú grabó por primera vez una guitarra eléctrica. “‘Juan, ¿no querés ver como suena una Gibson Les Paul?’, me dijo César Silva, que, además de técnico, toca esas guitarras. Fue medio para provocarme a ver qué pasaba. Y yo le dije ‘bueno’, agarré esa guitarra famosa y me encantó. Como yo no uso púa, tocar con mi digitación me resulta difícil, porque las cuerdas están muy juntas y muy bajitas en relación con el diapasón. Tuve que probar con temas muy tranquilos, lentos, y me gustó el sonido que salía, ya que agranda la resonancia de los acordes. Así que hay un registro de algunos temas, también, con guitarra eléctrica”.
Algo más revela Falú sobre el proyecto. “Empezando con Asuntos del Tucumán, ya tengo escrito un libro de unas cien páginas que va a tener un comentario sobre cada música, a quién está dedicada y algún comentario sobre el género musical, con la letra y la partitura de cada tema. Y va a tener un código QR con todas las obras”.
Para el libro “estoy esperando el OK de la Universidad Nacional de Tucumán. Va a depender de sus plazos. Por un lado, yo no tengo ninguna urgencia. Pero mi único apuro es que voy a cumplir 76 años y siento que estoy en una edad en la que está bueno dejar los registros. Me parece que es un buen plan emprolijar toda esta obra tan numerosa: tengo como cuarenta canciones nuevas y también los instrumentales”.
La juntada con Silvia Pérez Cruz
En noviembre, Juan Falú encarará una gira con la sorprendente cantante y compositora española Silvia Pérez Cruz: tocarán el 7 de noviembre en París, el 9 en Sevilla, el 10 en Jerez, el 12 en Girona, el 16 en Barcelona y el 19 y 20 en Madrid. Ya el 1º de diciembre estarán en Montevideo y también, es esperable, vendrán a la Argentina. El repertorio será de canciones argentinas en la conmocionante voz de Pérez Cruz, acompañada por la guitarra de Falú. ¿Cómo se armó esta juntada?
Todo comenzó con un encuentro en Madrid, años atrás. “Yo estaba tocando en el Café Berlín de allá y el dueño me dijo: ‘En el público está Silvia Pérez Cruz y quiere venir a saludarte’. Ella se me acercó y me dijo: ‘Hace años que te estoy buscando’. Y ahí me acordé que nos habíamos visto en Buenos Aires una vez que vino. Fue un encuentro muy fugaz. Entonces se sentó e hicimos ‘Oración del remanso’ y salió algo extraordinario, hermoso. Para mí fue un gustazo y por eso decidimos repetirlo”, detalla.
Luego, Silvia Pérez Cruz estuvo en Buenos Aires, “creo que hace dos años, y sugirió que nos metiéramos en un estudio a grabar, pero sin un plan determinado. Hicimos una sesión única donde conversamos musicalmente, lo grabamos y después lo tocamos de nuevo. Hay dos horas en total, con músicas argentinas y también algo brasilero. De ahí va a salir un disco y eso es lo que vamos a presentar”.
¿Y qué sucedió? “En el estudio de César Silva, hace un mes pude escuchar un tema y pensé: ‘Qué hermoso’. Silvia es una cantora exquisita. Con ella también hacemos versiones libres; yo a veces pongo un acorde y ella lo caza al instante. Si ella está haciendo una improvisación vocal, escucha lo que está tocando la guitarra y sobre eso no le yerra una nota. Silvia Pérez Cruz es una gran música. Es un enorme placer que nos encontremos musicalmente”.