Cuando nada parece escapar al imperio del vértigo y la instantaneidad, Amalia Fischbein presentó su disco “Verte irte” con aparentes cinco años de rezago. Aparentes porque su música circuló y transitó en una escena que cruza, en forma transversal, a todas las formas de la canción. Y cuando llegó el estreno formal, el domingo último en Hasta Trilce, en el barrio porteño de Boedo, aquellas ideas musicales que fueron disco en 2019 mostraron la evolución de aquello que sólo el tiempo macera.
Con una caligrafía que a la vez asume un relato propio, y por lo tanto único, pero que a la vez permite al público habitar las mismas sensaciones, Fischbein entregó una serie de canciones que primero fueron un vínculo, luego ruptura, más tarde recuerdo y, finalmente, música. Sobrevuela –siempre en esa encrucijada- el precipicio de confundir la emoción de la experiencia personal con la emoción musical. “Verte irte” sale inmaculado de ese repetido infortunio.
El álbum, disponible en todas las plataformas, puede ser leído como una suerte de película, sostenida por una banda homogénea y poderosa: Pablo Manuel Gonzalez (batería), Teo Lif (teclados), Clara Lambertucci (bajo) e Ivan Kovacs (guitarra).
Fotos: Martín Laskievich
Los arreglos de Fischbein están exquisítamente construidos. Se puede rastrear allí, tal vez, sus influencias tangueras y porteñas, no sólo en la música sino en la forma de trabajar la orquestación.
La dirección musical fue responsabilidad de Nahuel Briones que, además de ese rol, se sumó a la banda con su voz y la guitarra en una canción. Fischbein lo invitó al escenario y compartió con el público lo que significó Briones durante el proceso creativo del disco. El disco no era sólo de la chica que se fue, sino que le pertenecía, en parte, también a él.
Hacia el final del recital, Fischbein adelantó canciones de su próximo disco, que quizá se llame “Tierra del fuego”. Y confesó que su narrativa es hija de otra separación.
¿Será que de nuevo Fischbein, al cantar sus canciones, nos garantizará también el goce de encontrarnos con las palabras que nosotros no somos capaces de escribir?
Más que una promesa, se trata de una premonición.
Las suscripciones son el ingreso principal de Negras&Blancas.
Si querés colaborar en nuestro crecimiento, podés hacerlo con una suscripción a la revista. Tu aporte solventará el trabajo de las redactoras y redactores.