“Verte irte” es el último álbum de Amalia Fischbein. Si la música es tantas veces la forma de expresión del encuentro y el adiós, la esperanza y el dolor, la dicha y el lamento; en su disco Fischbein atraviesa esos mismos universales y -aunque parezca imposible porque en ese registro ya todo parece dicho- los moldea con un lenguaje propio. Con la singularidad de una compositora que sobresale en medio de tanta uniformidad, Fischbein construye, habla y comparte su propia lengua.
Habrá oportunidad de corroborarlo: el domingo 17 a las 22.30 en el escenario de Hasta Trilce (Maza 177).
Te oí pensar en silencio/
soy sierva de tus pensamientos.
Y quisiera saber que estas
poniendo un disco en algún lugar
Que escuchas un tema y te vas/
que tus manos no dejen de gesticular
(Verte irte)
Bajo el registro del pop, con influencias del tango, rock y folk sureño, “Verte irte” es una forma en la que Fischbein despliega su oficio de narradora.
En la escena de la canción no siempre se concilian las virtudes: a veces cuando se trata de un compositor con peso propio se descuida la sonoridad, o está se presentada de modo despojado. Aquí, por el contrario, aparece un trabajo íntegro que justifica el despliegue en escena. A la voz de Fischbein, se suma la batería de Pablo Manuel Gonzalez, el piano de Teo Lif, el bajo de Clara Lambertucci, la guitarra de Ivan Kovacs; más la dirección y producción nusical de Nahuel Briones y el sonido de Guido Aranzana.
“Verte irte” será interpretado el domingo 17 a las 22.30 en Hasta Trilce (Maza 177), en el barrio porteño de Almagro.
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