Música del azar (Paul Auster in memorian)

Un perfil íntimo y a la vez resonante del músico y cantante Hugo Galo García, fallecido el 29 de noviembre pasado, es trazado por su “amigo y hermano de la vida” Javier Zentner, quien fundó y dirige el Coro CUMPA tras un largo y laureado andar en el que integró el Cuarteto Zupay y el Coro Estable del Teatro Colón, apenas dos de sus muchas experiencias.
2 0
Read Time:6 Minute, 44 Second

Se trata, en principio, de describir una voz indescriptible.

Es una voz masculina y varonil. De un registro medio: ni extremadamente agudo ni profundamente grave. Es una voz ancha y generosa, alegre y risueña. Gardeliana, en el timbre que le confieren sus armónicos y que la proyectan en el espacio. De afinación exacta y dicción transparente. Luminosa. Potente.

Le han contado al Escriba, bastante tiempo después de que la audición de esa voz lo remitiera instantáneamente a una de sus referencias musicales fundantes, una historia que lo pinta (al dueño de esa voz indescriptible).

PUBLICIDAD

La historia es ésta: las secuelas de una despiadada poliomielitis – conocida también como “parálisis infantil” – le dejaron a Hugo Galo García huellas tremendas en el cuerpo. Sobre todo, una pierna mucho más corta que la otra y una desviación de cadera que convertían cada caminata suya en un sintético vía crucis. Cuando la carrera (perdón por el término) del Grupo Vocal Argentino, la agrupación que integraba Hugo como voz principal (el que cantaba las melodías mientras “los demás le hacían burla” según la antipática definición que se le atribuye a Don Atahualpa Yupanqui), floreció en modestos grados de popularidad, se fueron generando compromisos de actuación aquí y allá. Sin llegar a grandes despliegues de producción, hay detalles básicos que un grupo vocal debe atender: el vestuario, el orden de las canciones, quién y cuándo hace parlamentos o presentaciones, etc. Se trataba, esta vez, de un auditorio pequeño. Había un breve trayecto a recorrer desde la pata del escenario hasta el centro del escenario. El grupo decidió comenzar su recital con una chacarera de Polo Giménez de título “Según me brotan las coplas”, cuya letra empieza diciendo: “Andaré y andaré, pero allá volveré”. Cuestión que, luego de los primeros cuatro compases – que bordoneaba el bajo Jorge Raúl Batalle – y de otros cuatro compases que mochporobeaban otros tres de los cantores, surgía plena, clara y potente la voz de Hugo Galo García diciendo “Andaré y andaré, pero allá volveré” al tiempo en que, dificultosamente, se trasladaba hacia su micrófono en el escenario. Y lo hacía, Hugo Galo García, con dignidad y con la entereza de ponerle ese humor a ese momento.

Años antes de integrar el Grupo Vocal Argentino, Hugo Galo García había participado en otro conjunto vocal, más inclinado por el alegre “pop” de los tempranos ‘60 (se habla, claro, del siglo XX) que por músicas surgidas del acervo folklórico argentino. Se puede escuchar a Los Bachilleres (el nombre del conjunto da cuenta – seguramente – del punto de origen y la edad de sus integrantes) en algunas pocas grabaciones que se han subido a la web. (en este preciso momento, empecinado en obtener información sobre Los Bachilleres y no encontrando más que un link que conduce a unos audios puestos sobre foto fija del conjunto, El Escriba detecta – y se desayuna de – la presencia de otro grande ausente: Oscar Cardozo Ocampo). Los Bachilleres se han formado en Tandil y también integró ese conjunto Héctor Techeiro, años más tarde productor fonográfico en CBS, que produjo – entre otros – a Sandro, Piero, Pedro y Pablo.

Así que volvemos a mediados de los ‘60. El furor de las guitarreadas (fenómeno de época y suceso cultural merecedor de estudio) está a pleno y las semillas de folklore que se han sembrado en las ciudades florecen en una juventud que va buscándole su propia forma al desarrollo de aquellas raíces. De la misma manera y en los mismísimos tiempos en que otra juventud (y muchas veces la misma), conectando con la metrópolis del Imperio, comienza a buscarle sus propios formatos al influyente rock, germinando en “Rock Nacional”.

El Grupo Vocal Argentino, liderado por el “Chango” Farías Gómez, estalla con su pirotecnia onomatopéyica y su contrapunto vocal y será por muchos años faro para compositores y arregladores vocales y corales. Son una referencia indispensable e ineludible y la voz de Hugo Galo García es la que, las más de las veces, nos dice la melodía y el texto de las canciones.

Esa formación del Grupo Vocal Argentino registra sólo cuatro años de actividad (1966/1970) y la grabación de dos discos: el primero “Grupo Vocal Argentino” y el segundo “Misa Criolla” (completado en su “lado dos” con otras canciones del folclore argentino). Hubo un tercero – de 1974 – la “Misa para el Tercer Mundo” con música de Roberto Lar sobre textos del padre Carlos Mugica, que fue censurado primero y destruida su producción después por la dictadura militar.

Disuelta esa formación, Hugo Galo García se sumó a Quinto de Cantares, conjunto con epicentro en La Plata que, con estilo propio, espeja la formación de quinteto masculino. De su existencia entre 1969 y 1972 queda el registro de un disco para el sello Trova.

Los turbulentos años ‘70 trajeron la sombra de la represión encarnizada que había iniciado – incipientemente – la “Revolución Argentina” en 1966 y se potenció con el “Proceso de Reorganización Nacional”. Esa sombra cayó también sobre la producción cultural que, inevitablemente, buscó – como busca el agua – los canales por donde seguir fluyendo, aunque en la superficie muchos de sus cultores eran obligados a partir al exilio y los medios de comunicación se cerraran para ciertos repertorios. El de los grupos vocales fue un segmento especialmente agredido. Probablemente por lo explícito de algunas letras pero, seguramente, también como metáfora de lo que la realización colectiva puede producir.

La voz de Hugo Galo García aparece en un fugaz intento de reconstitución de Buenos Aires 8, antológico octeto mixto, suspendido en sus actividades desde inicios de la dictadura (incluyendo la censura sobre su último disco grabado para el sello Microfón). Esto fue hacia fines de 1982. Paralelamente, Hugo iniciaba su carrera como solista, componiendo músicas para letras de la poeta María Wernicke.

Para mediados de 1982, la hermosa persona que contenía la hermosa voz de Hugo Galo García cobijó – en la casa que compartía con su compañera María – a un incipiente grupo vocal De los Pueblos, que el Escriba integraba y dirigía, en un pre-debut con vino, empanadas y amistades cercanas.

La llegada de la luminosa Democracia lo encontró a Hugo Galo García vuelto a reunir con el magistral Oscar Cardozo Ocampo en la experiencia Sin límites, sólido grupo instrumental donde la voz de Hugo era el instrumento que le ponía texto y melodía al enjambre que tejía Oscar con “PIchi” Cardozo Ocampo, Luis Cerávolo, Mario “Mojarra” Fernández y varios otros.

Y siguió, la voz de Hugo Galo García, cantándose igual a sí misma, permanente, vigorosa. Cantando solo, cantando con Pehuén Naranjo, alguna vez cantando con su hija Florencia, en un reencuentro con Quinto de Cantares para volver a grabar (casi una revancha) la “Misa para el Tercer Mundo” (y que Nunca Más ninguna dictadura pueda censurarla), cantando con Magdalena León, cantando siempre.

“Siempre” es una palabra difícil. Por suerte, para quienes lo escuchamos, Hugo Galo García canta y cantará siempre. Aunque ya no cante su cuerpo. Porque el miércoles 27 de noviembre de 2024 el corazón de Hugo Galo García dejó de latir. Para siempre.

Y acá, mientras desde un porta retratos al Escriba lo mira su propia mirada triste (porque es la mirada del día en que le dijeron que Oscar Cardozo Ocampo se había estrellado en una ruta, en el Chaco), mientras sostiene a su -entonces- adolescente hija María, se terminan de juntar varios piolines.

Porque pasado el mediodía del viernes 29 de noviembre, imposibilitado por cuestiones laborales de concurrir a la despedida – en el Jardín de Paz, en Pilar – de Hugo Galo García, exactamente a las 14:29 de esa tarde (horario en que estaba convocada la ceremonia), recibió el Escriba un mensaje de WhatsApp de su hija María que dice: “Estábamos ordenando la ropa que guardamos en las valijas que nos prestó mamá y sentimos un ruidito Leo me dice qué hay acá, metemos la mano en el bolsillo y…”

Y lo que muestra la foto (que se reproduce abajo) es un cassette casero (es decir: grabado artesanalmente) que, en lugar de una etiqueta formal, muestra un manuscrito (en letra del Escriba) que dice: GALO GARCÍA – “Salga al Aire”.

Foto del avatar

About Post Author

Javier Zentner

Javier Zentner es un músico, compositor, director y cantante argentino.
Happy
Happy
0 %
Sad
Sad
0 %
Excited
Excited
100 %
Sleepy
Sleepy
0 %
Angry
Angry
0 %
Surprise
Surprise
0 %

Average Rating

5 Star
100%
4 Star
0%
3 Star
0%
2 Star
0%
1 Star
0%

4 thoughts on “Música del azar (Paul Auster in memorian)

  1. Que artista increíble, nuestro querido Galo. Cuando el ĢVA presento el CD “Sintesis” ( recopilación con 2 temas nuevos grabados para la ocasion ), vinieron todos, Chango incluido. Al final, subieron todos a hacer la zamba de los yuyos ( himno ), y la voz de Galo emergía potente y pasional…yo estaba a un costado, dándole a la viola, tratando infructuosamente de bancar la emoción.

  2. Gracias Javier por esta hermoso y necesario recuerdo de Galo. Que no sólo fue un gran cantante sino también, y muy especialmente, una persona Luminosa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Conocer las actualizaciones de las últimas noticias

By pressing the Subscribe button, you confirm that you have read and are agreeing to our Privacy Policy and Terms of Use
PUBLICIDAD