Historia de una ausencia.
Franco Luciani tiene 43 años y se ha ganado el reconocimiento internacional como uno de los grandes intérpretes de la armónica. En el tránsito a su presente más de una vez se sintió huérfano de guías.
“No abunda el material específico para armónica cromática. Me tocó empezar el estudio leyendo otros instrumentos: pedía en la biblioteca de estas instituciones partituras de instrumentos como la flauta traversa, que se escribe en clave de sol como la armónica, para construir ese camino”, recuerda.
Tal vez allí nació “Diez piezas breves para armónica cromática”, un proyecto ambicioso que incluye la edición de un disco, videos y partituras digitales. Sobrevuela la sospecha de un libro físico el futuro cercano.
Aquello que él mismo no tuvo.

“Empecé a tocar la armónica cromática en los últimos años de mi adolescencia. Yo ya tenía un bagaje activo como estudiante de batería y percusión sinfónica en la Escuela de Superior, en la Escuela Provincial y en la Universidad de Rosario, tres instituciones de mi querida ciudad natal. Entonces cuando tomé la armónica y empecé a estudiarla, era un tipo que ya sabía leer música”.
“Ese dato es relevante porque en aquel momento -hoy cambió bastante- la armónica cromática estaba asociada a la oreja, a tocarla de odio, incluso una figura inmensa como Hugo Díaz, que era un total orejero”, rememora Luciani en diálogo con Negras&Blancas.
Nadie crea desde la nada.
“Hay mucho repertorio escrito que tiene que ver con la historia. La flauta traversa y los instrumentos de cuerda frotada, por ejemplo, tienen siglos de antigüedad, de algún modo ese es un primer camino”, asegura.
“Allí sobra repertorio, pero con la armónica no pasaba ni pasa todavía”, agrega.
La falta siempre está asociada el deseo. Allí comenzó a nacer “Diez piezas breves para armónica cromática”. “Cuando estudiaba me acuerdo que me preguntaba ‘¿Habrá alguna partitura de armónica cromática, alguna pequeña pieza para gente que está construyendo su cultura académica?’. Y no encontraba”.
“A partir de ahí empecé a hacer un repertorio escrito, del cual una parte fui mostrando de a poco en mis conciertos”, explicó.
“Diez piezas breves para armónica cromática” admite ser escuchado como un disco de música argentina que incluye desde un huayno (“Huyanito”), una vidala (“Sonkoy Vidala”) y hasta un tango de corte tradicional tradicional (“Tango en Fa menor”) y otro piazzolliano (“Piazzollarmónica”). Es también un material de estudio para el desarrollo del instrumento con obras pensadas para armónica cromática sola (48 voces).
El disco, editado por Epsa Publishing y Acqua Records, está disponible en todas las plataformas digitales.
El material de video está accesible en el canal de YouTube de Franco Luciani y las partituras se pueden descargar en Google Play Libros y en la web de editorial Mil Campanas: www.milcampanas.com.ar.
“Diez piezas breves para armónica” se inscribe en una línea de trabajos musicales que ha editado Mil Campanas en los últimos años: “Carlos García. Tangos en Piano Vol. 1” (Leda Torres); “Héctor Stamponi. Sus tangos en piano solo” (Leda Torres), “La vida secreta de Margarita Gauthier” (Paula Suárez), “El silencio tiembla” (Leda Torres), “Troilo. Una Teoría del Todo” (Mariano Suárez y Miguel Taboada).
Reciente nominado –por segunda vez- a los Grammy Latinos, Luciani compartió escenario con figuras como Mercedes Sosa, Egberto Gismonti, Lila Downs, Fito Páez y Pedro Aznar, entre más. Forma parte de la Galería “Master of the harmonica” en el canal online de la prestigiosa marca alemana de armónicas Hohner en una entrevista grabada en la misma fábrica en Trossingen, Alemania.
También es cantante y docente; recibió el premio Premio Gardel en tres oportunidades (2015, 2018 y 2021); el premio Revelación 2002 y Consagración 2010 del Festival de Folklore de Cosquin; el Diploma al Mérito Konex como “Instrumentista Destacado 2005-2015”; y estuvo recientemente Nominado a los Latin Grammy 2022.
“La armónica es un instrumento muy popular pero no está asociado a hacer una carrera como solista”, dijo el rosarino que se inició con otro instrumento: la batería.
-Romina Grosso: La armónica cromática un instrumento no tan usual para el desarrollo individual de un músico…
-Franco Luciani: Tiene algo muy particular, una sonoridad argentina, también a veces, jugando, puede acercarse al sonido del bandoneón y acordeón según la región y otros sonidos.
-¿Podemos decir que tu versatilidad como interprete lo permite?
-Eso depende de la búsqueda, de la formación y de la coyuntura histórica de cada persona; a mi tocó nacer en una ciudad donde hay mucha música como Rosario, es muy abierta a todos géneros. Mi viejo es un melómano total y mi vieja ama la música del litoral. Soy un tipo que ya naturalmente soy muy respetuoso de los lenguajes y de los ingredientes que hacen a cada género particular, pero también siempre me crie con esa diversidad
-El ábum no suena solemne a pesar de ser académico.
– Esa es la intención, me parece que este es un primer paso, el primer peldaño de un camino, pueden venir otras cosas o algo más pensado en lo académico. Pueden venir muchas variantes. La idea era que tenga mucha amplitud la obra.
-¿En esta serie de piezas se escucha un carácter universal?
-Si bien la música clásica es una universal, está creada desde el lugar de los grandes compositores. Cada uno siempre ha pintado su tierra, es una música que también está creada desde los folclores de los grandes compositores-
-¿Cómo es la respuesta del público en el mundo cuando estas de gira y tocando en muchas ocasiones música popular de raíz?
Seria lindo que acá viesen como quieren y como respetan la música argentina, por eso uno va tan seguido.
La música argentina tiene esa amplitud, tiene la posibilidad de interpretarla desde el lugar tradicional (hay muchísimos festivales del tango), también el tango mismo y el folclore se inscriben en el universo del Word Music, y también está la música argentina está presente en el jazz del mundo.
Tenemos un país maravilloso, pero a veces ano cuesta darnos cuenta del valor que tenemos, entre tantos recursos que nos hacen un país riquísimo.
Soy un privilegiado que viaja, pero que también tiene su reconocimiento en su país y permite ver cómo se protege a la cultura en otros lados del mundo. Ojalá tuviéramos ese cuidado.
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