Cuando el tango no es uno sólo

El cuarteto Ullmann y el dúo conformado por Ana Sofía Stamponi y Brisa Videla lanzaron hoy su primer trabajo conjunto, “Refugio”. La colaboración artística como forma de defensa ante la agresividad de un tiempo social y cultural. Hacia la construcción de “nuevos” códigos del tango.
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Pudo ser el pianista más fugaz de la orquesta de Aníbal Troilo, pero se quedó siete años.

En la noche de su debut, el 8 de noviembre de 1968 en el club nocturno Relieve, apenas ingresó al camarín, José “Pepe” Colángelo descubrió que su antecesor, Osvaldo Berlingieri, se había llevado –y no por accidente- las partes escritas del piano.

Colángelo salió a la cancha con un cuaderno Istonio en el que su colega Rafael Del Bagno tenía anotadas las líneas del bajo, que usaba como ayuda memoria para el contrabajo. “Por lo menos con la mano izquierda vas a saber qué hacer”, le dijo Del Bagno.

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Terminada la noche, Colángelo, que se había sentido caminando por un precipicio en varios segmentos del concierto, le ofreció su renuncia a Troilo.


A contramano de aquella dinámica de recelo y competencia que imperó en muchos de los artistas del tiempo de masividad del tango, algunas expresiones de este tiempo promueven una dinámica de colaboración, préstamos e intercambios en las que todos ganan: es el caso de cuarteto Ullmann y el dúo conformado por Ana Sofía Stamponi y Brisa Videla, dos proyectos del tango contemporáneo, uno con base instrumental y otro con énfasis en la novedad de sus letras. Acaban de lanzar en todas las plataformas digitales un tema conjunto, “Refugio”, que acaso prefigure otros futuros cruces más profundos.

“Creo que en el ambiente quedaron ciertos espacios muy catalogados:  el tango milonguero, el tango de concierto, etc… y estos espacios no siempre comparten. Quizá este encuentro entre Ullmann y el dúo sea un intento de maridar estéticas para, entre muchas cosas, poder llegar a los distintos públicos, que también están fragmentados y dispersos”, comentó Leda Torres, pianista de Ullmann, a Negras&Blancas.

“No sé si podemos afirmar que cierto recelo propio del ambiente ha cambiado, pero sí está bueno cuando es el caso de colegas, amigas, mujeres, fomentar otros códigos, otras formas de compañerismo que quizá no son las más habituales en otro tiempo”, agregó Brisa Videla, que además explicó los fundamentos musicales del encuentro: “Teníamos la idea que Leda Torres, de Ullmann, comenzara a arreglar las composiciones del dúo, lo que nos acercaría al ambiente milonguero a través de sus arreglos, que son muy bailables; y esa idea fue madurando y pensamos en por qué no lo tocara toda la formación. A partir de eso cobró forma el nuevo tema: ´Refugio´”.

Historia de un encuentro

En 2023, Ullmann lanzó su disco debut: “Ya está en el aire”, título con referencia al cancionero de Atahualpa Yupanqui. Allí, Ana Sofía Stamponi, le puso voz a una versión de “Magoya”, con música de su abuelo, Héctor Stamponi, y María Elena Walsh. El álbum fue nominado a los Grammy Latinos.

Detrás de “Magoya” también hay historia.

A fines de la década del ’60, cuando ya era evidente que la circulación masiva del tango cedía terreno a otras músicas e intereses empresarios, florecieron las interpretaciones que reclamaban alguna clase de “renovación”.

En el ’73, Horacio Salgán, uno de los mayores pianistas de la estética, como una forma de reaccionar a ese debate, publicó el disco “Los Cosos de Buenos Aires”, que alumbró en sociedad con el letrista Roberto Lambertucci. “Siempre se dijo que el tango hablaba de cosas pasadas. Entonces me dije: ´Vamos a hacer que hable del presente, de los personajes de Buenos Aires, del que ganó el Prode, el rey de los plomos, el testigo falso, el tuerca de los domingos”, explicó entonces el notable pianista.

En esa selección de tangos apareció “El viejito mejillón” que pintaba a uno de esos personajes: “Muy bien vestido, siempre sobrador/la juega de señor, viejito, el Mejillón( (…) Mejillón, Mejillón… de tu tramoya nadie se escapó/De tantos boncha que al final casaste/no te queda ni uno solo en esta gran nación/Mejillón, Mejillón…/Sos inventor del cheque volador/aunque te sigan con preocupación/de la red vas escapando, viejo Mejillón”.

La referencia actualizadora era la mención del “cheque volador”, el instrumento por excelencia que florecía en la “city” porteña (un cheque con una múltiple cadena de endosos, que “volaba” porque circulaba de una mano a la otra –a veces incluso posdatado- sin que se depositase al cobro). Justamente aquello que hacía renovador al tango en los ’60, es lo que desde la actualidad lo hace más anacrónico. Ningún joven sabe hoy qué es un “cheque volador” (de hecho, desde fines de los ’90 están formalmente prohibidos).

En el “Magoya” de Stamponi-Walsh existe una referencia equivalente, pero al no retratar un personaje de esa “nueva porteñidad”, sino pintar una época, la letra de Walsh –y en ese sentido el rescate de Ullmann es un acierto- resulta indemne al paso del tiempo.

“Andá, contásela a Magoya/La de convoys que nadie te creyó/Discurso de milico o cheque volador/Estamos hasta aquí de cuentos chinos/Andá, cobrásela a Magoya/Que pagariola tu desilusión/Y el cuento de que Dios es argentino/Andá corriendo, contaseló”.

Dos caminos, un “refugio”.

El cuarteto, conformado por Leda Torres en piano y arreglos, Lucía Ramírez en bandoneón, Geraldina Carnicina en contrabajo y Mariana Atamas en violín.

“Ullmann es un proyecto centrado en lo instrumental, en los arreglos, en recrear repertorio desde el lenguaje propio”, reseña Torres, pianista de la formación.

“El dúo Stamponi-Videla, en cambio, se centra en la palabra, el en decir, en la denuncia, en la poesía e incluso el grupo puede ubicarse en el tango queer, una de las tantas corrientes que tiene el tango hoy. Nos une el movimiento en sí y el deseo de expresarnos a través del tango. Nos une la necesidad de unificar estéticas y de seguir aportando nuevas visiones sobre esta música”, explicó.

El dúo Stamponi-Videla lanzó en 2023 su disco “Mejor asumilo”, que reúne tangos, valses y milongas en un lenguaje del presente, también con una mirada orientada a la diversidad.

“Con Ullmann –asegura Brisa Videla- nos une la búsqueda de aportarle al cauce del tango una mirada diferente, pero nos distingue el modo en que la buscamos: el cuarteto trabaja mayormente con tangos clásicos, con arreglos de mucho vuelo creativo (y, por lo tanto, novedosos), mientras que el dúo tiene un énfasis en las letras y el desarrollo lírico”.

“Refugio” es también una forma de defenderse del contexto social y económico del país, que castiga de forma singular a los músicos y a las y los trabajadores de la cultura.

“A los espacios que se clausuran se suma la forma de distribución digital de la música, en la que la mayor parte de los artistas está más cerca de pagar que de cobrar por sus registros grabados”, puntualiza Videla.

Esa forma de lanzar “sencillos” de alguna manera también es “forzada” por las circunstancias y la lógica de las redes, que aunque no nos gusten, tampoco podemos ignorar”

Concluyó Torres: “Nos defendemos priorizando un acto de creación”.

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Isabella Gross

Periodismo, cine y literatura en dosis no recomendables.
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