Paul McCartney concretó anoche su regreso a la Argentina con un concierto magistral en River: más de 70 mil espectadores vibraron con sus canciones durante casi tres horas. Recorrió su carrera musical con sus etapas en Los Beatles, Wings y solista. Soberbio y potente.
Aquí diez razones de por qué la apertura de la cuarta visita de McCartney fue uno de sus mejores momentos en el país luego de cinco visitas, tras sus antecedentes en 1993, 2010, 2016 y 2019.

1 – Una voz mejorada
El despliegue vocal de McCartney sufrió el paso del tiempo en los últimos años e incluso mereció la observación de sus propios seguidores. Sin embargo, a juzgar por lo visto en la primera noche en River Plate, esas cuerdas vocales se escucharon mejor que en los últimos años. En comparación a los conciertos de 2016 (Córdoba y La Plata) y 2019 (Campo Argentino de Polo), la prestación vocal de Macca resultó ampliamente superior. Una muestra más, por si teníamos alguna duda, de que hay McCartney para rato sobre los escenarios.
2- La revancha de Ob La Di – Ob La Da
Muchas veces apuntada como la canción más ridícula de Los Beatles, Ob La Di – Ob La Da se tomó revancha en el último tiempo, especialmente en los conciertos. Un River encendido, con más de 70 mil almas, coreó el estribillo de principio a fin y la consagró como uno de los momentos más entretenidos del show. Ya nadie reniega de ella.
3- El infierno de Live And Let Die
La canción que le puso título a una película del agente 007 James Bond es un clásico en los conciertos de Paul McCartney. Todo el mundo la espera. Y no decepcionó. Durante tres minutos, el Monumental fue una caldera entre tanto fuego de artificio que iluminó la noche porteña. El calor de la pirotecnia se hizo sentir en un campo delantero extasiado. Saltaron todos. El pogo “a la McCartniana” acrecentó la lista de desmayados que necesitaron asistencia médica.
4- Feedback con la gente
El regreso de McCartney a la Argentina generó una expectativa muy grande y se correspondió con la respuesta de la gente que no dejó espacio libre en el Monumental. Paul supo de inmediato que los argentinos tenían ganas de ratificar su condición de público pasional y mantuvo un ida y vuelta sensacional. Les habló en inglés y español. Los hizo bailar (Dance Tonight), emocionar (Blackbird, Now And Then, Maybe I’m Amazed), rockear (Jet, Drive My Car) y cantar (Hey Jude). Todos felices y contentos.
5- El estreno de Now And Then
McCartney interpretó por primera vez en nuestro país el último tema de Los Beatles. Cumplió con lo esperado, después del estreno mundial en Uruguay. El aura beatle sobrevoló el estadio de River, más allá de los tributos a John Lennon y George Harrison. Un punto alto y quizás el más emotivo de la noche.

Fotos: DF Entertaiment
6- Todo salió bien, pero…
La organización del evento tuvo puntos flojos. Especialmente a la hora de ubicar a los espectadores. La previa registró muchos reclamos, en especial para quienes hicieron fila desde las primeras horas de la mañana. Los que compraron el Hot Sound (el famoso Soundcheck de 1200 dólares) elevaron críticas por el retiro de merchandising (alejado del estadio), el ingreso a River y la posterior ubicación en el show. Generalmente, una prueba de sonido de McCartney tiene un cupo bastante limitado de personas, pero el sábado por la tarde se dieron cita cientos de fans. El número es la punta del iceberg que da cuenta de un negocio millonario.
7- La noche que Lennon cantó en River
Sobre el final del show, McCartney presentó a I’ve Got A Feeling, incluida en el disco Let It Be, como un número especial. La canción le permite reencontrarse con John Lennon. La pista vocal aislada del autor de Strawberry Fields Forever durante el concierto beatle en la terraza de Apple hace posible el dueto. Como si Paul y John cantaran juntos otra vez. Macca en el escenario y Lennon en una pantalla gigante. Un pequeño consuelo para quienes siempre soñaron con ver a Los Beatles reunidos.
8- Un piano defectuoso
La prueba de sonido es un show aparte en el mundo McCartney, pero el sábado por la tarde encontró complicaciones técnicas que le dieron mayor asidero a su denominación. El piano negro Yamaha de McCartney dispuso de inconvenientes en los micrófonos, con acoples incluidos, que no fueron subsanados hasta minutos antes del concierto. Durante el show no hubo problemas, pero resultó una escena poco frecuente en los conciertos de Paul. “Esto sí es un soundcheck”, dijo Macca durante la prueba.
9- El despliegue de Macca
Paul McCartney no salta ni baila como Mick Jagger, pero durante casi tres horas de show canta, toca instrumentos y no se baja del escenario en ningún momento. Apenas bebe un líquido preparado por su staff antes de cantar Blackbird y se quita el saco para rockear con Let Me Roll It. Paul no pierde la energía nunca. Un despliegue físico y mental envidiable a sus 82 años.
10- La vigencia de Band On The Run
Cuando se confecciona un ránking con los mejores discos solistas de McCartney, Band On The Run suele ser el ganador. Y en River reafirma esa condición: 5 de sus 9 canciones forman parte de Got Back. Un clásico inoxidable, un disco soberbio que tiene vigencia y explica porqué es incluso uno de los mejores de Los Beatles en sus etapas como solistas.
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Un genio musical que continúa siendo toda una leyenda viva para todos los tiempos. Y un público , el argentino, probablemente el mejor del mundo .
Excelente relato !!! Genio julioooo!!!! Completismo !!!!
Realmente Malisimo el ingreso, sin señalizaciones , entradas dando vueltas a todo el estadio , un papelon. Lo demàs impecable
Me pareció una voz que ya no resiste más!! Hay que saberse retirar a tiempo!! Dejemos de ser fanáticos!
Excelente. Con menos voz , pero gran repertorio.