San Carlos de Bariloche (especial).- Serenidad en tiempos de urgencia e instantaneidad. Y un recurso artístico por excelencia, su voz, matizado sutilmente por arreglos que no están atados a un corset tradicionalista. No hay necesidad de acumular recursos ni tomar los atajos que ayudan a la circulación viral. Ese fue el perfil de la propuesta que Maggie Cullen, de 25 años mostró en San Carlos de Bariloche por primera vez y que conmovió al público en la jornada de cierre del Festival Internacional de Música (FIMBA) de la ciudad.
Cullen agotó rápidamente las entradas para sus dos conciertos programados en la última noche del FIMBA y cantó a sala llena en el Teatro La Baita, acompañada por el pianista pergaminense Nacho Abad que ocupó un rol importante al complementar el repertorio tradicional del folklore argentino y la simpleza de la cantante con arreglos más contemporáneos. Un equilibrio justo.
La primera parte del concierto recorrió un repertorio con temas como: “No te puedo Olvidar”, la chacarera “De fiesta en fiesta” y el “Gatito de las flores” compuesto por ella y Matías Martino, seguido de el vals “Flor de lino”, “La Jardinera” y “Pisando nubes”, esta última del compositor Cordobés José Luis Aguirre. Luego siguió “La cepa dorada”, compuesta y cantada por Abad, chacarera que homenajea a un bar en Zaragoza, España.
Allí hubo un momento de inflexión y la noche viró hacia otros paisajes y tiempos, por fuera de la tradición folklórica pero dentro del universo de la canción popular.
Entonces Cullen se atrevió a “Alfonsina y el mar”, de Ariel Ramírez y Félix Luna; “Cuando yo me empiece a quedar solo”, de Charly García; y “Ojalá”, de Silvio Rodríguez.

Construido el espacio de intimidad ante la multitud, llegó el momento de “El breve espacio” de Pablo Milanés, “Por un poquito de tu amor” de Gustavo Santaolalla y, ya acompañada por el público, “Muchacha, ojos de papel”, de Luis Alberto Spinetta
Por primera vez cantó en vivo su reciente tema “Ay, Carnaval”, seguido por “Abrojito” de Nahuel Pennisi. Y comenzó a acercarse al desenlace con la chacarera “Para cantar he nacido” y una versión – con sus primeros versos a capella- de “Canto Versos” de Jorge Fandermole.
El cierre, ya en zona de bises, fue la con “La Arenosa”. El público ofreció una ovación y ella respondió con la promesa de volver en 2026 con álbum nuevo.
La visita de Cullen, su repertorio, su estética, se conciliaron con la búsqueda del FIMBA. Si la expresión cultural de las sociedades permite visibilizar voces olvidadas y dar lugar a otras nuevas, resignificando las consecuencias que la desigualdad social tiene en la vida cotidiana, trazando vetas esperanzadoras, el FIMBA y su programación de conciertos gratuitos resultan una noticia luminosa en esa perspectiva.

Recientemente Negras & Blancas entrevistó a Maggie Cullen. Volvela a ver:
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